Las carretillas elevadoras de Asturias, además de mejorar la industria y la forma de trabajar, tienen tras de sí una fantástica historia.
Es la máquina de mercancías más usada desde su invención. Debido a las dos horquetas que tiene, en España se conoce como toro. Su historia comienza con Waterman, que en 1851 inventó la primera plataforma anexionada a un cable. Otis, el inventor del ascensor, se inspiró en la idea de Waterman para hacer elevar sus ascensores. Este artilugio, aunque rudimentario, ya era capaz de moverse con motores conectados a baterías. Más tarde, y coincidiendo con la durante la Primera Guerra Mundial, en 1915, se consiguió que la carga se pudiera desplazar de arriba a abajo y de un lado a otro. Dos años más tarde, ya se consiguió que la carretilla se moviera a la vez que el trabajador que la conducía.
No fue hasta 1923 cuando se pudo observar el prototipo de ella que más se asemeja a la actualidad impulsadas con energía hidráulica. En 1950, gracias al impulso industrial y al palé, se hizo necesario extender el uso de carretillas para mover cada vez más, mercancía y en ese momento fue cuando se usó el motor de diesel. Con todo ello, también mejoró la seguridad de los propios empleados en relación a estas máquinas y mejoras en el aspecto ambiental de las mismas, como el uso de gas natural para su utilización, reduciendo así su consumo y su contaminación a la atmósfera como las carretillas elevadoras en Asturias.
Los tipos de carretillas que actualmente existen son las contrapesadas, retráctiles, manuales, eléctricas, de carga lateral y las teletruck. Cada una es usada en un ámbito industrial diferente.
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